viernes, 1 de abril de 2011

El pedacito que guardó el recuerdo




Entrarán a casa, se llevarán todo, nos tenemos que mudar.

Se llevarán los buenos recuerdos, destruirán lo que hemos construido hasta ahora, sellarán con cera ese corazón parchado y antes de irse voltearán a vernos con una sonrisa malévola, una sonrisa de victoria.
Nos quedaremos mirando el vacío de nuestra habitación, buscaremos algún recuerdo por algún rincón, alguno que nos diga dónde estamos, qué somos, y por qué estamos juntos. No lo hayamos.
Te vas, me quedo sola, no he podido recuperarme del impacto, aún no sé a dónde podría ir. Veo en el borde de la ventana un pedacito de cielo, me acerco, lo cojo, y aquella esquina hay una imagen tuya con el cabello corto. La imagen de Huanchaco se me viene a la mente, una noche desesperada, una ida y una vuelta, una promesa, un retorno, y así muchas cartas en la cama.

Se me corta la respiración, de pronto me doy cuenta que te has ido, ya sé quién eres, y sé que te amo, pero ya no estás. No pudiste buscar un  poco más, no pudiste esperar más, quizá fue mucho para ti, quizá viste un nuevo comienzo lejos de mí, sea lo que fuere ya no estás, y yo aquí con ese pedacito de cielo que me dice: es él.

No hay comentarios: