Hoy me vi en el cielo, cerrar los ojos era un castigo a su orgullo,
pero yo no quería despertar.
Había pasado un dolor tan profundo por una ilusión rota, un beso
esquivo y un olvido, que no podía respirar.
Busqué entre sus nubes una gaviota, un ave cualquiera que me ayude a
mantenerme viva, a flotar,
y encontré tras ello un par de deseos pendientes, una estrella fugaz y
una luna de verdad.
y estar allí luego de ello, era existir, sonreír, nuevamente respirar.
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