Vuela, mariposa, despliega tus alas antes de que se caigan marchitas, resentidas porque nunca les diste el placer de volar. Deja que yo siga a rastras como es mi destino.
Fingiste hasta ahora ser como yo y escondiste tu ser de mariposa por estar con un gusano enamorado. Por qué nunca me dijiste que no eras feliz, por qué te contentaste viéndome sonreír y abandonaste con ello la maravilla de posarse en una flor, acaso no te das cuenta que lo único que has logrado es hacerme infeliz?
Ha pasado tanto tiempo, y yo creyendo que todo era perfecto, un gusano enamorado, ahora víctima de una mentira con un fondo noble, como podrías tildarlo, después de todo, pero cruel, cruel porque no puedes sentir esto que vengo sintiendo, la impotencia de no poder regresar el tiempo y no haberme enamorado de ti.
Creíste que sería feliz, y no has hecho más que volverme un gusano desgraciado.
Vete, mariposa, vuela alto y no mires a tus pies, estaré yo en el camino, a rastras porque ese es mi destino, y porque prefiero seguir solo, que ver cómo se pudren tus pequeñas alas de plata por no decidir ser feliz.
Aprende a quererte, antes de pretender dar amor, esto no fue amor, esto fue una farsa que acaba así.
Vuela, mariposa, deja que yo siga a rastras... ese es mi destino.
Deja que yo olvide... yo elijo ser feliz... sin ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario