jueves, 5 de mayo de 2011

Hoy brindo por ti



Te recuerdo, pequeña.
Bajabas las escaleras de madera de la casa, te sentabas a la mesa y yo frente a ti tocando la guitarra, podía hacer que lloviera, si quisieras, podía hacer todo por ti.
Te abrazaba lentamente, y me dabas la frente por temor a que te robara un beso, yo tiernamente apoyaba mis labios en tu mejilla, cuánto hubiera querido que me amaras, como yo a ti. 
Quizá me amaste, pero nunca lo aceptaste, quizá fue el miedo a perder todo lo que teníamos, pero qué más da, el tiempo ya ha pasado y con él nuestras vidas tomaron distintos rumbos, y ahora parece ayer cuando te cantaba al oído aquella canción.
Eras mi inspiración permanente, la musa de los poemas que escribí en aquel cuaderno verde, el que te regalé cuando te declaré mi amor.
Te fuiste entre emocionada y triste, y luego de unos días me diste un adiós. Quise devolver la despedida, y le encargué a mi guitarra despedirse por mí, y la tonta sin poder contener el llanto, terminó cantándote "Cuando llora mi guitarra".
Las noche que siguieron a tu adiós las pasé mirando por la ventana, alguna vez nos recostamos en mi cama tan sólo a reposar, eras tan bella, y seguro lo sigues siendo, yo en aquel momento te adoraba, y ahora me veo aquí, recostado en la misma cama, pensando en ti y en aquellos días que pasamos juntos.
Hoy brindo por ti, ojitos de canica, por los recuerdos que me regalaste, por las canciones que me permitiste cantarte en el parque cerca de casa, por los poemas que me inspiraste a escribir, por todo, por tu risa, por tu cabello, por esa virtud de hacer que todos te quieran, y porque tu adiós nos haya permitido llevar una vida mejor.
Te envío un beso en la frente, pequeña, un beso como el de aquella tarde en que hice llorar al cielo tan solo por complacerte.

No hay comentarios: