Pareciera que los mensajes aparecen cuando uno más los
necesita. Mensajes de esperanza, de amor, de perdón, todos ellos tratando
de entrar en tu corazón y la razón que los bloquea como si fueran un virus que
causará dolor.
He vuelto a sentir el cansancio que provoca la desesperanza,
el agotamiento físico y emocional, la grieta que forma el agua gota a gota en
la piedra, no encontrando el sabor a la vida, viendo todo de gris, sin saber
cómo se puede sonreír, perdiendo la memoria de los momentos felices.
He sentido la necesidad de un salvador, otra vez, como
aquella criatura en la que alguna vez me convertí, sin fuerzas, débil
nuevamente, con apenas fuerza para caminar, pero sin pensar, y mecánicamente
llegar a un hogar vacío, sin nombre, apenas un espacio donde ubicar el cuerpo
para sentirse más infeliz.
Los recuerdos se van, poco a poco la memoria te juega una
mala pasada, apenas sabes el camino que debes seguir para llegar a tu destino,
pero en el trayecto estás muerta, estás penando como un alma moribunda, no ves
nada, nada existe a tu alrededor, y tú tampoco existes para los demás.
¿Dónde quedaron las sonrisas?
Tienes vagamente el recuerdo de haber sido feliz días atrás, pero el presente se impone, las lágrimas vertidas y la indiferencia te regresan al estado levitante en donde te has perdido, y vuelves a cobijarte en la melancolía.
Tienes vagamente el recuerdo de haber sido feliz días atrás, pero el presente se impone, las lágrimas vertidas y la indiferencia te regresan al estado levitante en donde te has perdido, y vuelves a cobijarte en la melancolía.
Has sido fuerte, has soportado durante mucho tiempo aquello
que ahora tanto te duele, pero esa fuerza apenas la recuerdas, la has perdido.
Quieres una esperanza, y te la han dado, ahora estás esperando recuperar la
confianza, esperas ver un cambio que te recuerde que eres importante para él, y
eso, mientras que no lo ves, te duele. Desde aquel lugar se han prendido las
luces, entre abrieron la puerta, te escucharon pero no tienes la certeza de que
pueden sentir lo mismo que tú.
Estás a la espera, pero el cuerpo poco a poco deja de
responder, no sabes hasta cuándo puedas aguantar, quizá llegues a un punto sin
retorno en que no habrá salida, sabes lo que sucederá si pierdes la confianza…
y sin embargo, nada puedes hacer, más que esperar.