sábado, 15 de noviembre de 2014

¿Me tienes un regalo?



Ese momento en el que sabes que no eres una triste historia. Estás vivo. Y ves las luces en los edificios y todo lo que te hace preguntarte y estás escuchando esa canción con la gente que más quieres... Y en ese momento juro... Somos infinitos. (De la película Las ventajas de ser invisible)
Chansón: Heros, David Bowie

Nada, no hay nada después de nosotros, las luces se pierden con el sonido que va dejando la algarabía de encontrar lo que tanto buscamos… un beso, un beso que lo sella todo, que lo termina todo, que lo inicia todo.

Viento, corre el viento y se cuela entre mis alas, me eleva en un sueño hace tiempo bosquejado, soy dueño del destino, del tuyo, del mío, y a la vez pertenezco a los sueños de los héroes que merecen ser.

Sueño, me mantengo en un sueño en el que nos encontramos, aquel en el que me entregas lo que un día perdimos, el regalo esperado, el regalo guardado, el regalo del circo postergado por la llegada de París, del paquete con nombre compuesto por el amor y la fe. Héroes del sol, del silencio, de Can Cun, de Soleil, de Febrero cuando me enamoro, de Noviembre cuando despierto, de un mañana cuando vuelvo a ser.

Siento, dentro de mi pecho siento la fuerza de poderlo todo, de un hoy en el que somos invisibles, que ganar es la única forma de vivir. Cierro los ojos y con la palma de mis manos le doy la bienvenida a una noche inolvidable, la casetera le da la bienvenida a un recuerdo, un día en que pensamos que un adiós sellaría el libro de nuestras historias. Suena, lentamente suena la primera estrofa del poder infinito, las luces acompañan el compás de la amenaza interestelar, vamos juntos, invisibles, invencibles, esperando por algo más.

Me tienes, acaso me tienes algo más? Recuperar un recuerdo asumido perdido tan solo apertura una noche victoriosa, ya no habrá más oscuridad. Me tienes un regalo? Un poder mayor, uno infinito, uno invisible? Look at my eyes, I find you, I don’t need any more. Lo tengo todo, somos los héroes de la noche, esta vez no habrá final, se acabaron los adioses, no queda tinta para más.

martes, 23 de septiembre de 2014

Un silencio que lo dice todo

Chansón: Con solo una sonrisa (Melendi)


He amanecido envuelta en un silencio que grita no despiertes; entre sueños he visto mi verdad bordeando el cuadro azulado, fiel testigo de una noche de cobardía en que, en silencio, te dije adiós. 

He amanecido con el dolor del olvido retumbando en mi cabeza, ahora me impide abrir los ojos, duele ver el sol, ese sol que te obliga a enfrentar el testimonio de quien nada dijo y a la vez lo dijo todo, de quien pintó el cuadro que vibra a su lado, conteniendo el secreto mejor guardado de una historia donde uno es mejor que dos. 

He amanecido con el deseo aparcado en medio de la ciudad, lo olvidé una noche oscura, más oscura que tus secretos, más oscura que mi adiós. Se lo han llevado los pintores vagabundos para sus lienzos en blanco y negro semejantes a mi vida, semejantes a tu amor. 

He amanecido adormecida tras muchas horas de pensar en una mañana de testimonios sin testigos, en adioses sin creer en un dios. He amanecido en silencio y mi sueño lo dijo todo y todo se reduce a una historia finita donde nunca existimos los dos.

Soy el ser vacío que aún con los ojos abiertos sigue dormido... me rindo a la despedida, sucumbo ante el ofrecimiento de una disculpa por la inexistente mirada de culpa que citamos en aquella carta caída en el pozo de los deseos olvidados.

He dormido con el aroma de tu cuerpo vagabundeando alrededor de la almohada, te recordé, te deseé, te impregné en una memoria cada vez más longeva con la única finalidad de volver a ser feliz. Pero la tristeza ha sido siempre mi bandera, llevo un tatuaje de lágrima en el alma, mi pluma, en vez de tinta, escribe con llanto, me alimento de la pena y la soledad de una playa sin gaviotas, y no quiero cambiar.

He dormido en la orilla de un año en que fui feliz, he recobrado la memoria de quien se levanta, de quien muere y resucita, del ave fénix de los veranos en soledad. He dormido con el sonido de la gaviota pintando de sepia el poema en la boleta del restaurant, do you remember that? He recogido la autoestima de aquella gacela enamorada del amor y la he arrojado al mar.

El silencio me invade en cada minuto de esta vida, no sé qué hay allá afuera, no sé si esto es vivir; para mí, el silencio lo dice todo, y un adiós que nunca se dijo está pintado en aquel cuadro que dejaste al partir, leaving me alone... leaving me to die... again.


miércoles, 27 de agosto de 2014

La verdad no tiene temperatura

Chansón: Feeling good (versión de Muse)

Cinco palabras que esconden un secreto, una frase sin sentido que esconde la respuesta a todo, a todo lo no oído, a todo lo entredicho, a toda una verdad a medias.​
Cinco colores que se pintan en el lienzo del olvido, un sol escondido, una sombra irreproducible en un día que nunca fue, un día ilusionado, iluminado, inigualable en un laberinto de casonas que no existen, que aparecen y desaparecen como tu verdad. 
Cinco nombres vinculados, cinco hombres apenados por un secreto literal, tatuado en la historia de aquella que no supo dar el final a un cuento de papá, de abuelo, de tío, de sobrino y de hermano. 
Un adiós no pronunciado, un adiós asumido en corazones desolados, la dama que desaparece sin dejar rastro, una historia de un cuerpo frío, un aposento vacío, una cálida mentira para una verdad sin temperatura. 
Una historia de colores inertes, incompletos, inservibles; una razón para la sin razón, un llanto comprimido, un testigo sin boca, un lanza llamas sin gas. La impotencia de no saber, la indiferencia de callar. 
Vuela en el ambiente y permanece, como humo de cigarrillo, el recuerdo de la que un día fue, y no volverá. 
La certeza te carcome, el olor a soledad. La obligatoriedad de un adiós insoportable en la levedad del raciocinio de cinco mudos a tu ausencia. Es que no volverás. 
Has dejado esa verdad a medias, el frío de la ignorancia, un calor lejano que no llegará. Te has llevado las almas de los vivos, el secreto mejor guardado, una sombra inexistente y un aroma a soledad. 
Tu verdad, esa que has guardado bajo llave, no tiene respuesta, no tiene temperatura, no tiene testigo, ni piedad.

jueves, 14 de agosto de 2014

No me mientas, ni me digas la verdad

Canción: Donde habita el olvido, Joaquín Sabina.

No, tú no
Tu norte no es más compartido
Tu vida no es más mi camino
Tus sueños no son mi verdad.
No digas más que mentiras,
Me ahogo en el llanto
Que dejó en tu manto algún día
Un oso del pasado
De una historia caprichosa
Que se acabó una navidad.
No quiero más tu verdad
Un soplo de vida esculpida
En el brazo de un árbol
Donde soñé en tu regazo
Cuando nos volvimos a encontrar.
No me mientas
Ni me digas la verdad,
Fue solo el sueño de una triste despedida
Un despertar en una noche sin un día
Un laberinto del que no pude escapar.

domingo, 6 de julio de 2014

Me haces feliz






Chanson: Margarita - Fito Paez

Yo soy Fita, la de crayolas de colores, la que ata y desata las melenas que caen sobre tu frente, la que baila, la que grita, la feliz, la que pinta, la que toca el piano, la que toca el alma, la que pone el color al papel, a los labios entreabiertos para dar más besos, la que vuela y cae, la que flota, la que sueña que flota, la que duerme, la que despierta, la que abre los ojos y besa en la frente, la que besa el camino de un fideo al cenar. 
Yo soy Fita, la del vestido acuarela, la que viste el sombrero y tapa el futbol, la que mete el gol, la que despierta, la que crece cada día más y más, la que enamora, la mujer de ahora, la de labios púrpura y perfil soñador, soy el sueño de vos, soy la risa de a dos, la melena ensortijada, la que vive, la que ama, la que recuerda cuentos, la que los cuenta, la que se da cuenta que aunque pase el tiempo siempre seguirá siendo la Fita de papá.

lunes, 19 de mayo de 2014

La calma que antecede al huracán

- Ya no quedan manchas de rímel en la almohada.
- Sody no volverá.

Sólo he recibido mensajes de silencio desde que partiste, han sido escritos con tinta sabor a mar en forma de gotas pesadas, bailarinas, saladas, que se caen por culpa de la gravedad.

He tenido que enviar mensajes que sepan nadar, que busquen la corbata a rayas del osito poseso, todo para mí, todo para Ca. He querido volver al adiós para convertirlo en un jamás donde no exista una despedida, una ida sin regreso, una lágrima en altamar antes de tu viaje sin retorno a un lugar al que no puedo llegar.

He cantado la canción con que te dije mis secretos, he gastado el rímel con el que manché tu corbata de navidad, he prestado tu perfume para dormir en silencio y preguntarte en mis sueños cómo estás. He abrazado tu cuerpecito con un pecho lleno de culpa, de mis manos brota siempre un olor a soledad, me has mirado y en susurros hemos vuelto a cantar, he recordado la alegría y he llorado cuando me he sentido despertar. Una carta tras otra debajo de la almohada, sonrisas que disfrazan la calma de las noches sin dormir, gritos ahogados por un huracán escondido, comprimido, culposo, con ganas de estallar.

Cada llegada a casa es un permanente deseo de encontrarte en mis sueños, eterno confidente de mi dolor. Al cerrar los ojos y verte nuevamente, más de una vez, no he querido despertar. Más de una vez te he llamado, pero sé que no volverás, sé que seguirás siendo un confidente ausente, un recuerdo permanente, un amigo para siempre, un Osito de Taiwán.

(Un osito de peluche de Taiwán - Los Auténticos Decadentes)

miércoles, 12 de marzo de 2014

Fe sobre tu piel

El duelo (La Ley con Eli Guerra)

Fe en un camino trazado por lo errores de otro ser, un solitario que buscaba de noche las respuestas a la lluvia torrencial que dejó su pena tras de si. Cada línea surcada del sendero anónimo llevaba el aliento de una noche olvidada, una noche en que una gota de tristeza se mezcló con una de pasión, las confesiones de una calle sin fecha se vertieron en la orilla, y una tarde, cuando alguien más se acercaba, encontró la historia muda de una ilusión.

Fe sobre la historia de un infeliz ahogado, sobre la espuma testigo de uno besos robados, fe en el amor, en el desdén, fe sobre la historia de un mañana sin amanecer, fe sobre tu piel, fe bañada en las lágrimas de un atardecer sin sol, fe en los surcos de los errores de aquel, en el sendero de alguien olvidado, un sendero que tientas hoy a recorrer.


Fe en una historia, un deseo inacabable de ser feliz, fe por el amor, fe por el dolor, fe por la pasión del ausente enamorado, el ausente de la mirada perdida, del camino abandonado, una muerte, un vacío, una lágrima huérfana del cuerpo que se robó aquel día, fe sobre su piel bajo la mía, fe en que regrese aquella noche, the last night under the rain.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Noviembre se olvidó de los dos


A falta de un sendero recorro un camino de nubes, me estoy apartando del recuerdo de enero, el primer mes.

Me curo de la herida, del dolor de una partida, del olor a despedida, del punto final a una historia de vaivenes como las olas de este mar inquieto, impaciente por llevarme lejos a un nuevo enero, a un libro en blanco donde pueda volver a escribir.

No sé si fui yo el que causó más dolor, no sé si fui el boxeador o el saco de boxeo, noviembre de olvidó de los dos y nos dejó sin febrero, sin el mes de amor, nos quitó la tinta del cajón, sin lápiz a carbón, sin hoja de papel y simplemente escribió fin exterminando para siempre el supuesto horizonte que creímos en enero, un horizonte sin final como el que ahora veo a través de la ventana de un bote en carnaval.

Este camino de nubes no me lleva a ningún lugar, me he olvidado de escoger el destino. El horizonte no me pinta un final, como noviembre para nosotros, ¿puedes ver un final, mi vida? Can you see it? Me neither. Noviembre se olvidó de los dos.

martes, 25 de febrero de 2014

Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos



Yo tenía una casita de colores frente al mar, de travieso me quedaron cicatrices por doquier, mis orejas son muy grandes por los jalones de María, mi madre santa, y las rodillas las llevo negras, por lo mucho que caí.

De mis novias no me acuerdo; fueron muchas, eso sí. Mis cervezas infaltables, mis amigos bienvenidos, y en la soledad de mi casita de colores salía por la noche a quedarme dormido viendo el camino de estrellas que me regalaba Dios.

Que las luchas por la vida, que el amor al barrio eterno, que las novias escondidas, eso era yo; con los botes de Jacinto, del viejo pescador, me iba adentro muy adentro, a buscar pa’ la comida, con la espalda descubierta para decirle al sol que no le temo, que aquí estaba el colorao insolente, el colorao que quería ser negro para gritar más fuerte, para resistir más el alcohol.

Caminaba por la arena quemándome los pies, ay qué iba yo a quejarme, ay qué iba yo a correr, era el macho del puerto, el don Juan, el aquí estoy y vengan que los espero, y yo ahí, mordiéndome por dentro la quemada de las patas tan gastadas de tanto andar, pero valiente, eso sí.

De tanto andar en línea recta, me caí, de tanto andar por el camino me quemé, mi lento andar de ahora me dice que no llegué muy lejos, que esa línea recta que algún día me tracé, sólo deja cicatrices con olor a soledad.

Hoy después de muchos años, sigo con la sábana de estrellas, la que me regaló María cuando aún vivía el viejo de Jacinto con su guitarra y su fogata, ya no ando como antaño, ya ni veo por dónde caminar; si volviera, si sólo volviera unos años, trazaría el camino en zigzag.

miércoles, 12 de febrero de 2014

El sufrimiento es inspiración


 - El dolor es inevitable, y el sufrimiento, recuerdas?
- El sufrimiento es inspiración.

Está de pie frente a la puerta de lo que creía era su hogar. Gira lentamente el pestillo; frente a él un recuerdo lo recibe y de pronto siente aquel dolor… un dolor que huele a soledad. Ha cerrado los ojos y se ha desvanecido, ahora recorre aquellos espacios donde antes habitaron sus risas. Escucha los murmullos de una y otra conversación impregnada en las paredes de un hogar sin nombre, sin dueño, ahora solo pensando en lo que fue y no será. 
Ha visto nuevamente en la ventana el reflejo de una luna caprichosa, en sus mejillas se han materializado unas gotas sin sabor, de pronto, en el mueble donde alguna vez agotó su pasión, se sienta y coge un pedazo de papel, penetra en lo profundo de su alma y con sangre escribe esa frase a la que tanto teme, la lee en voz alta, y sufre, un "te amo" brota de sus labios y se pasea por la habitación en un gas rojo profundo que lo hace sentirse más solo que nunca. Nuevamente se vaporiza y se mezcla con aquel "te amo"; lo repite una vez más y siente aquella presión en el pecho de la que tanto le hablaron y nunca sintió. "Te amo", se repite otra vez y con aquel sonido pasea por cada habitación donde pronunciaba aquella frase frente a una mujer que ahora no está. 
Ha regresado a la ventana, suena de fondo una canción, ha optado por un sufrimiento permanente, siente la historia de aquel poeta y se une en un coro despechado, y de pronto, con una despedida que huele a alcohol, vuelve en si, abre la puerta, va a su habitación y se recuesta al lado de aquella mujer, se envuelve en un miedo infinito y decide vivir albergándolo en el corazón. El coro le recuerda que sigue pasando el tiempo, y él, en respuesta, le regala una lágrima, una lágrima que nunca lo dejará ser feliz.