viernes, 27 de septiembre de 2013

Jueves




Siento un frío en el pecho y ardor en la nariz, cuesta respirar en esta ciudad. Me he levantado de un sueño en que por fin levantaba vuelo, por fin, luego de estar varado lejos de ti. Camino hacia el lienzo que me trasporta, llevo los dedos empapados de azul, como ese cielo que te veía caminar una tarde por Cancún. Cielo, te veía, superficie, altitud. Arriba, azul arriba para seguir viendo ese acompasado andar.

Recordarte tan altiva me ha excitado, se ha encendido el rojo pasión guardado para nuestro próximo encuentro, te veo venir con el camisón que guarda todas nuestras noches y esconde todos tus pecados, suavemente tiras del cinturón y al compás con tus labios se entreabre el camisón y deja ver, para mí, sólo para mí, un cuerpo del que emana el deseo por una noche de reencuentro, sólo para dos, esta vez para dos. Rojo, rojo pasión, son gotas de sudor las que nos delatan, gotas circulares, voy grabando algunas gotas en el lienzo, un lienzo con sabor a amor.

Formo tu perfil con ese rojo, porque amor eres tú, porque pasión eres tú, e inevitablemente al verme aquí sin tu cuerpo sobre el mío me invade el miedo. Sé que volveremos a vernos pronto, lo sé, pero estoy aquí, tratando de vivir de esos recuerdos, conversando con la melancolía mientras vuelves, y me siento solo, negro, oscuro, tristemente oscuro como todos los jueves.

Con ese negro voy dando forma a tu rostro, al rostro que dentro de poco no podré dejar de mirar. Me he enamorado incluso de la ausencia que dejas al partir una y otra vez. Odio los domingos, odio amanecer extrañando tu cuerpo y viviendo con la esperanza de un viernes en que te vea volver.

Te he retratado, morena, te he retratado con la mirada triste como anhelando que estés igual que yo, sola, con la melancolía frente a ti reclamándome, a ver si un día la palabra adiós deja de existir entre nosotros, y un jueves pueda amanecer contigo, tirar al tacho la pintura de la morena triste y dar una nueva forma a nuestras vidas.

Te he retratado triste, porque en el fondo, quiero que me extrañes más que yo, a ver si un día dejas de partir y vuelves a nuestra historia para dos.

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