viernes, 9 de diciembre de 2011
El horizonte enamorado
He recordado tus cuentos
miércoles, 30 de noviembre de 2011
Desvanecer
Tienes vagamente el recuerdo de haber sido feliz días atrás, pero el presente se impone, las lágrimas vertidas y la indiferencia te regresan al estado levitante en donde te has perdido, y vuelves a cobijarte en la melancolía.
jueves, 17 de noviembre de 2011
Dulce melancolía
lunes, 7 de noviembre de 2011
Buenos días
El canto de las avecillas cerca de la ventana me invitan a abrir los ojos a un nuevo día. Al voltear y verte a mi lado recordé aquellos días tan lejanos que me quedaba acariciando tu cabello aprovechando el insomnio.
Vi, en mi imaginación, un futuro en que aquellos cabellos eran plateados, en que tu rostro se acurrucaba a mi pecho, y alternábamos el cobijo, como quien quiere tener el lugar del engreído en el pecho del otro. Sonreí. El imaginarme un futuro a tu lado me forma una sonrisa ilusoria, una de niña contenta porque se acerca la navidad, porque sabe que vendrá, porque tiene la certeza.
Tu piel ya no es la misma, llevas grabados en el rostro los años vividos juntos, y las marcas de felicidad han dejado unas huellas curvas en tus mejillas. Las risas se han quedado grabadas en nuestra piel, y al abrir los ojos se pueden ver aquellos recuerdos en nuestras pupilas.
Empiezo a llenarte de besos, y entre molestia y resignación te despiertas, nuestro amor es desbordante, tanto como el canto de los pajaritos por la ventana, tanto como la luz del sol que insiste en meterse en aquel cuarto lleno de amor.
lunes, 24 de octubre de 2011
Una tarde de mar
martes, 23 de agosto de 2011
De la mar, cautiva de sus promesas, vuelve
Sin recuerdos en el frío suelo
Pierdo el aliento, el aire me abandona y me siento desfallecer, la impotencia que siente mi cuerpo me envuelve en una atmósfera oscura, sin esperanza, y ya sin fuerza mi cuerpo se tiende en el frío suelo del abandono.
Poco a poco pierde el color la imagen que se dibuja frente a mí, el poco calor que llevo en el pecho se esfuma, como el amor que decían sentir, mis dedos se mueven apenas con fuerza, queriendo escribir sus últimas palabras, y sin un lienzo que se atreva a perpetuar un último deseo.
Vuelve a mí, calor de hoguera, vuelve a mí, sonrisa inquieta, mi silueta se ve perdida en el olvido de mentes sin recuerdo, y mis letras se han caído al lago de la ingratitud, me he quedado sin memoria, ya no sé quién soy, y nadie sabe si alguna vez yo existí.
He buscado respuestas en las nubes, como si aquellas supieran mi dolor, he terminado por dibujar momentos esbozados de alegría, para que la lluvia se deshiciera de ellos en pocos segundos.
Me he perdido en el resentimiento, por ver que nada funcionaba bien, y las muestras de amor las he ido perdiendo, sin saber cómo y por qué.
Me he despedido del día, del sol y del viento, he venido a morir en la plaza sin gente, me he despegado de los recuerdos, he borrado mis memorias, y ahora por fin me siento ir.
jueves, 21 de julio de 2011
Y el mundo pregunta por qué... y yo respondo
martes, 5 de julio de 2011
No me importa
No me importa,
si el palacio de tus promesas se derrumba,
si los labios con que me besas se marchitan,
si el abrazo con que me buscas no me encuentra.
No me importa,
si tu adiós ha reemplazado el frecuente "hola",
si al mirarme ya no hay amor ni hay euforia,
si al contrario me has desterrado como nunca.
He perdido,
he vagado por otro mundos, he huído,
me he vengado de todo el mundo, he vivido,
me he enterrado con un reproche porque te has ido.
No soporto,
verte ahora en otros brazos, y yo solo,
verte riendo pasito a paso, codo a codo,
con la misma sonrisa aquella del pasado.
Estoy muerto,
me ha vencido la indiferencia de tu olvido,
me he sentido como el que piensa en su vacío
y has venido a reprocharme tu abandono.
Buena suerte,
porque aquel que ahora te besa, finalmente,
sabrá quién ha de ganar el juego a muerte,
de un amor que hoy me abandona y a él mantiene,
cuando dejes que el destino nos encuentre.
No me importa...
viernes, 24 de junio de 2011
Qué hago aquí, si ya no estás
Las yemas de mis dedos forman surcos por mi cabeza,
como queriendo separa aquellos recuerdos color gris;
me levanto después de tanto, y con la misma bata de muchos días
me dirijo a la cocina a preparar un café amargo,
como mis tantos otros días,
cómo yo.
Mi mirada se pierde en la ventana,
la misma gente, las palomas acercándose alborotadas
y yo auyentándolas como queriendo alejar la vida
como queriendo creer que no hay más
que estoy muerto
y desear que mueran también.
Mi café se enfría,
se congela posado en la mesa recordándome que el corazón
también vive en un témpano de hielo
y que no late más.
Y nuestra fotografía resalta frente de mí,
pienso... alguna vez fuiste mía
cuando creía amarte y tú a mí
y saber ahora que nunca amé
que no sabía
y que finalmente te perdí.
¿Qué hago aquí, sino morir día a día?
¿Qué hago aquí si perdí todo?
Si ya no hablo
porque no hay con quién hablar,
si ya no sueño
porque no hay por qué soñar,
si ya no vivo,
porque no hay por quién vivir.
¿Qué hago aquí, sino entender que jamás supe amar?
Y que éste es el castigo,
que sin amor, yo ya no vivo,
y sin ti ya, para qué amar.
miércoles, 22 de junio de 2011
Tu recuerdo me visita
martes, 21 de junio de 2011
La última despedida
viernes, 10 de junio de 2011
"Para que veas que soy el hombre perfecto"
Remembranzas de un error
martes, 31 de mayo de 2011
Alimentándome de tu sueño
Un recuerdo de esperanza
La tristeza ha invadido mi mente esta noche, me presiona los sentimientos y me obliga a recordar.
Salgo por unos minutos a desahogarme, me sacudo el dolor y los malos recuerdos, y aquel recuerdo de un final me hace la batalla. Suele suceder, cuando el final está cerca tiendes a recordar el inicio, el génesis de aquella historia y es así que, con la mirada hacia el horizonte, vienen a mí aquellas imágenes grabadas hace ya tanto tiempo.
Te veo tendido en la arena, tu mirada tierna se queda marcada en una película eterna, nuestras sombras se encaprichan en protagonizar esa tarde y permanecen en casa en un lugar especial.
Veo un hombre de papel recostado en unas latas de cerveza, testigo silencioso de un amor naciente, oyente inerte de unas canciones y una sutil invitación, fugaz personaje de aquella noche romántica, dulce, y llena de detalles, como el ángel en tus manos y en las mías luchando por no quedar en el pasado.
Estamos frente al mar, es de noche, me cantas unas canciones acompañado de tu guitarra, me enseña las estrellas y el muelle con las luces parpadeando en el infinito y el frío invitando un abrazo que no llega por pudor.
Las algas se enredan en mis pies, tomas unas fotos como queriendo robar algún detalle de esta persona que apenas conoces, y lo logras. Camino por un lugar desconocido y no tengo miedo, estás cerca de mí y ya nada se torna oscuro, el camino está a salvo cuando estás aquí.
Te escribo una historia, dos, tres, al leerlas te sorprende cómo puede una persona amar de esa manera; me pierdo en el tiempo cuando te escribo y sólo dejo de mis dedos te cuenten la historia que dicta el corazón.
Y luego de unos meses un "te amo", unas copas en nuestras manos brindado por un amor sincero, un beso sin final, un inicio, una nueva historia de los dos, un corte de cabello, un desayuno, unas notas de amor al llegar a casa, unas fotos que aún permanecen en la mesa, un abrazo cada noche, un "te extraño", un "vuelve pronto", y hoy... aquí ganando la batalla y haciendo un pacto con Morfeo, me viene a la mente con mucha fe un... "volvamos a empezar".
TA Cali.
jueves, 5 de mayo de 2011
Hoy brindo por ti
Te recuerdo, pequeña.
Bajabas las escaleras de madera de la casa, te sentabas a la mesa y yo frente a ti tocando la guitarra, podía hacer que lloviera, si quisieras, podía hacer todo por ti.
Te abrazaba lentamente, y me dabas la frente por temor a que te robara un beso, yo tiernamente apoyaba mis labios en tu mejilla, cuánto hubiera querido que me amaras, como yo a ti.
Quizá me amaste, pero nunca lo aceptaste, quizá fue el miedo a perder todo lo que teníamos, pero qué más da, el tiempo ya ha pasado y con él nuestras vidas tomaron distintos rumbos, y ahora parece ayer cuando te cantaba al oído aquella canción.
Eras mi inspiración permanente, la musa de los poemas que escribí en aquel cuaderno verde, el que te regalé cuando te declaré mi amor.
Te fuiste entre emocionada y triste, y luego de unos días me diste un adiós. Quise devolver la despedida, y le encargué a mi guitarra despedirse por mí, y la tonta sin poder contener el llanto, terminó cantándote "Cuando llora mi guitarra".
Las noche que siguieron a tu adiós las pasé mirando por la ventana, alguna vez nos recostamos en mi cama tan sólo a reposar, eras tan bella, y seguro lo sigues siendo, yo en aquel momento te adoraba, y ahora me veo aquí, recostado en la misma cama, pensando en ti y en aquellos días que pasamos juntos.
Hoy brindo por ti, ojitos de canica, por los recuerdos que me regalaste, por las canciones que me permitiste cantarte en el parque cerca de casa, por los poemas que me inspiraste a escribir, por todo, por tu risa, por tu cabello, por esa virtud de hacer que todos te quieran, y porque tu adiós nos haya permitido llevar una vida mejor.
Te envío un beso en la frente, pequeña, un beso como el de aquella tarde en que hice llorar al cielo tan solo por complacerte.
lunes, 4 de abril de 2011
Entre la duda y el amor
viernes, 1 de abril de 2011
El pedacito que guardó el recuerdo
martes, 29 de marzo de 2011
Retomando el sendero
miércoles, 9 de marzo de 2011
Camino a casa
viernes, 11 de febrero de 2011
viernes, 7 de enero de 2011
A tu lado
He sentido el roce de tus labios en mi mejilla, y un suave “te amo” antes de dormir. Ha sido inevitable preguntarme si mañana volveré a tenerte entre mis brazos y entregarme a los sentidos para demostrarte que soy tu mujer.
Han pasado varias lunas desde que conozco la suavidad de tu piel por completo, la fuerza de tus brazos y el cobijo que tu cuerpo me brinda cada vez que nos dirigimos al nido de algodón; y no ha pasado una noche en que en mis sueños no me haya despedido de ti.
Hubieron momentos en que mi respiración se detenía para sentir por completo lo que es estar a tu lado, veía el movimiento de tu cuerpo producto de tu respiración, y los pequeños parpadeos insinuando algún sueño reparador.He querido grabar todas las imágenes de tu sueño, y las nuestras haciendo el amor, pintado las imágenes de tu rostro cada vez que me decías “mi amor”, y por último sentir tu respiración cayendo en mi pecho cuando te acurrucabas para unir nuestros cuerpos en un solo ser.
Buenas noches, mi amor, no sé si mañana vuelvas a compartir mi sueño, no sé si vuelva a verte dormir, pero los días que fueron hasta hoy me permiten decir que me hiciste feliz.